lunes, 18 de enero de 2016

Una canción para Novalie. María Martínez







TÍTULO: Una canción para Novalie
AUTORA: María Martínez
EDITORIAL: Titania/Fresh
Nº DE PÁGINAS: 448
MES Y AÑO DE EDICIÓN: Octubre de 2015
GÉNERO: New Adult
FORMATOS: Papel y Digital

SINOPSIS

Novalie ha pasado los últimos cuatro años cuidando de su madre enferma, y esa terrible circunstancia la ha obligado a madurar demasiado rápido. Se ha convertido en una joven fuerte y decidida que sabe lo que quiere, por eso no se rinde con su padre que, deprimido y derrotado por la muerte de su esposa, ha perdido las ganas de vivir.
Nick tiene un don para la música. Es un prodigio del piano. Las mejores escuelas internacionales se lo disputan. Y su familia, demasiado protectora, planea grandes cosas para él.
Novalie y Nick son polos opuestos. Dos vidas separadas por la distancia y las diferencias. Lo único que tienen en común es que ambos deberán pasar el verano en Bluehaven, una isla que esconde un pasado lleno de secretos y que cambiará sus vidas para siempre. 




Este libro es especial para mí; todos lo son por un motivo u otro. Pero después de leer y gozar CLL, no imagináis las ganas que tenía de hincarle el diente a la nueva novela de María.
No os mentiré si os digo que en los últimos doce meses me he aficionado, y mucho, al género NA, es un género fresco que tiene la virtud de rejuvenecerme y eso, pasados los 40, no es cualquier cosa. Con este tipo de historias vuelvo a mi juventud, a esos 20 años donde, curiosamente, había muy, muy pocas novelas que pudieran encajar en esta etiqueta de New Adult o Young Adult, según lo que leas y dónde lo leas. Así que a mis 40 y tantos me estoy desquitando y estoy leyendo mogollón de historias de jovencitos que salen “del cascarón”. Y no lo digo como crítica, al contrario. Ya os digo que en los 80 se echó mucho de menos este tipo de historias. Yo lo eché de menos.
Tampoco os mentiré respecto a esta novela. He disfrutado horrores con ella, he reído, he llorado, me ha tenido en vilo y boquiabierta; he descubierto muchas cosas y aprendido otras tantas. Me ha enriquecido mucho, como lectora, y me ha inspirado también como autora. Pero no os voy a engañar, pese a que la novela está maravillosamente escrita y contada, pese a que la historia es preciosa, los personajes no me han gustado. Nada. Ninguno me ha llegado al corazón. Y lo siento. Yo me identifico con personajes como el Caleb Marcus de CLL, y aquí no había personajes de ese tipo. Todo era muy pluscuamperfecto, muy “rosa pasteloso”, todos eran demasiado buenos. Y los malos demasiado malos, peliculeros. No, lo siento, y sé que muchas fans de la autora van a sentir ganas de lapidarme. Y lo mismo me da porque yo no cobro por contar mentiras. Yo digo lo que cada novela me inspira, me sugiere y me susurra al oído mientras la leo. Y sí, soy  muy exigente. Porque leo mucho y no me limito a autores españoles, porque me gusta picar de muchos platos, porque me gusta que lo leído perdure a través de los años; por eso, y porque soy asquerosamente perfeccionista y la lectura es parte fundamental de mi trabajo de autora, no leo cualquier cosa, no reseño cualquier novela y no digo «sí» cuando quiero decir «no».
Quizá puse demasiadas expectativas en esta novela después de babear literalmente con CLL (Cruzando los límites), quizá pensé que iba en esa línea, aunque la autora ya había avisado que ambas novelas no tenían nada que ver una con otra, quizá…
Y no es que no me haya gustado, no os confundáis, es… no sé muy bien cómo explicarlo. La historia es preciosa y tal vez en otro momento de mi vida, cuando era más joven e inocente, le habría puesto un 10. Porque esa es otra, estoy pasando una etapa muy dispersa en lo que a lecturas se refiere. Ya vale aquí la frasecita de: “No eres tú, soy yo.” Porque no es normal que encuentre tan pava a Novalie, tan niñato a Nick, que los secundarios apenas me sepan a nada, y que los secretos a los que se alude en la sinopsis me suenen demasiado al clásico culebrón barato.
Y ahora vienes tú, que eres FAN TOTAL de María, y me llamas envidiosa, y te lo acepto. A medias. Porque sí es verdad que las novelas de María tienen mucho éxito (y muy merecido, ¡¡ojo!!), pero tú y yo sabemos que María puede escribir cosas mucho mejores. Y no conformarse con los patrones clásicos, las fórmulas «mágicas» que ya se vienen repitiendo más que el ajo y el chorizo, y los clichés que funcionaron en su momento pero que, como los yogures y los medicamentos, tienen fecha de caducidad.
Vale, ya se acabó la crítica (despiadada). Y vamos a por las cosas buenas que tiene la novela, que las tiene, ¡claro que sí! Tiene un tono fresco y divertido de principio a fin, con situaciones hilarantes que te arrancan una y dos sonrisas a cada página que lees, tiene la virtud de engancharte a la historia desde el minuto 0, a pesar de que tú quizá buscabas… otra cosa. Sabe cómo manejar los tiempos y los ritmos, cuándo hacerte reír y cuándo hacerte llorar. Y a veces no parece María, en serio; bueno, yo conozco a la autora (un poquito) y es tan amorosa conmigo y con todos que me cuesta un mundo imaginarla soltando tacos, ¡y de los gordos!, en sus historias. Y ya sé que no tiene nada que ver, ¡¡yo debería saberlo mejor que nadie!! Pero como me sorprende, y tanto, lo bueno es que me mantiene despierta en todo momento, que no me da opción a aburrirme y que, como ya he dicho, me arranca sonrisas cuando menos lo espero. Así que no creas que me ha decepcionado UCPN, que no leeré más a la autora, o la he puesto en una «lista negra». Noooo, Dios me libre de semejante estupidez. Solo que no ha acabado de llegarme, siento que le ha faltado algo para hacerla INOLVIDABLE… Y nadie lo siente más que yo, creedme.
Os podría comentar un montón de escenas y anécdotas y cosas que me han gustado o no, pero no me van los spoilers, así que me limito a decir lo que yo he sacado en claro de ella. La novela es bonita y está indicada para un público concreto, y he de decir que yo, a mis años, tampoco entro en ese público y quizá por ello no he sabido llegar a los personajes. Mea culpa. Así que no hagáis mucho caso de mis críticas, recordad el famoso «No eres tú, soy yo», y si os gustan las historias clásicas de Amor con su toque de sal y pimienta, id a buscarla y convertidla en vuestra lectura de San Valentín porque se lo merece.
Yo, mientras tanto, ya cuento los días que faltan para que la autora saque su nueva novela romántica adulta. Esa sí que la espero con ganas y esa sí, lo siento como un pálpito en el corazón, me va a en-can-tar.

Lo mejor: El tono fresco, juvenil y espontáneo que requiere el género.
Lo peor: Novalie. ¿Por qué las heroínas tienen que ser tan jodidamente perfectas… incluso cuando se equivocan, la pifian o meten la pata hasta el fondo?  


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